Hoy quiero remarcar el momento vital que se vive cuando llegas a una edad en la que en general das valor a muchas cosas y dejas de darlo a otras.
Dentro de cada una nos queda un alma mezclada de edades, que han ido dejando huella, formando nuestra identidad, en algunos aspectos reforzándonos o debilitándonos. Somos NOSOTRAS.
Ahora pocas cosas nos haran cambiar. Tenemos nuestro estilo de vida definido y sabemos lo que realmente queremos o no. Seguramente con situaciones que nos cuesta gestionar, pero visualizadas de otra manera. Lo debe dar la experiencia.
Para algunos, normalmente los jóvenes, empezaremos a ser invisibles, sin pensar en lo mucho que aportamos y lo que se pierden.
Sin alteraciones ni escándalos, debemos estar preparadas para un cambio físico en una nueva etapa de la vida, en la que la aceptación es la mejor arma. Cuidarnos como nunca, alimentarnos adecuadamente y ser activas de mente y cuerpo. Nuestra familia seguirá siendo el pilar, pero valoremos al máximo las buenas amistades, el buen sexo, la vida plena.
Todos los días son 8 de marzo
Gemma Ribell Martos. Técnica sup. en dietética