Animales de consumo. Ponte en su piel


La vida te lleva a conocer personas que quizá ni te plantearías. He tenido la suerte de encontrarme con  Carlota Bruna, una mujer joven, activista, luchadora por los derechos de los animales, influencia en las redes sociales , que aporta más que unos cuantos granos de arena para la concienciación sobre la huella que dejamos los humanos en este planeta. 

Animalista y vegana, tiene muy claro que la gente no es consciente de lo que implica comer carne. Como dice ella, "las personas debemos ampliar nuestro círculo de compasión. No se puede quedar sólo en nuestra familia, nuestros amigos y nuestras mascotas".

Es miembro de la asociación Meat The Victims. No hace mucho se coló en una granja de cerdos de Barcelona, encontrándose con la realidad que sufren muchos animales que luego llegan a nuestros platos en forma de filetes y secallones.

Aquí tenéis un link con una entrevista que hacen a la Carlota e imágenes muy poco agradables, pero creo que necesarias para dejar de ser personas que damos la espalda a lo que realmente pasa. Lo que no vemos no nos conmueve y no nos genera culpabilidad pero es la realidad. Utilizamos los mataderos para que así hacen el trabajo sucio y nosotros no nos mancha las manos. 

No nos engañemos, los animales en diferentes grados tienen sentimientos, son sensibles y conscientes del sufrimiento, no comparable con la sensibilidad de un vegetal cuando se arranca de la tierra.
El cambio climático y la falta de recursos acabará forzando un modelo diferente en la alimentación mundial, teniendo presente que una hectárea de terreno permite alimentar a tres personas carnívoras o 50 vegetarianas. 

Si queremos disfrutar de un planeta sano, debemos saber convivir con él y no ser una plaga destructora.





Os recomiendo un libro muy interesante de Melanie Joy.



Explora por qué en nuestra cultura nos mostramos tan dispuestos a comer algunos animales mientras que otros ni nos pasa por la cabeza hacerlo. El libro comienza planteándote un encuentro en casa de una amiga que te invita a comer. Huele muy bien la casa y te presenta un estofado con verduras. El comes con muchas ganas. Está buenísimo. Preguntas como lo ha hecho y te indica que primero ha cogido un Golden Retriever, que ha troceado y marinado. Sientes malestar emocional y asco. Un perro. Al ver la cara que haces, te comenta que es broma, tranquila que es ternera, o sea una vaca que tiene entre ocho meses y un año.

Un mismo plato hecho de animal puede ser muy apetitoso o repugnante. Por qué reaccionamos diferente? La respuesta es la percepción . No respetamos igual a una vaca, un pollo, un cerdo o un conejo que a un perro. En cada cultura, nuestro esquema mental los clasifica de manera diferente. De hecho en Corea del sur se mata a millones de perros al año para consumo humano.

 Pero no dejan de ser todos animales con los mismos derechos de respeto a no padecer sufrimiento.

¡Hasta la próxima!
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Gemma Ribell. dietista

Operación bikini



Cuando escucho esta frase y veo los tipos de dietas exprés que se ofrecen para llegar al verano con unos kg de menos, de verdad que me estremezco. Objetivo: intentar estar magníficos con ropa ligera, hacer desaparecer de golpe las consecuencias de no haberte cuidado todo el año para estar saludable y en forma.

Ahora llegan las prisas, los suplementos dietéticos que nos aseguran una bajada de peso en un santiamén, y los gimnasios a parar esperando un milagro de la naturaleza en cuatro días, para luego volver a recaer en el mismo.

Si haces un régimen drástico es posible que pierdas líquido y músculo, y no sólo grasa. Te encontrarás débil e irritable. Entiendo que el buen tiempo buena cara y buen cuerpo (saludable), pero ¿y el resto del año ?.

En poco tiempo no se pueden adquirir buenos hábitos. Ahora bien, si quieres empezar a cuidarte en esta época porque tienes una motivación extra, haz que te dure para siempre. El año que viene no tendrás que volver con el mismo. Primero no te pongas un objetivo a corto plazo, sé realista y no caigas en dietas milagro que en poco tiempo te harán volver al punto de partida.

Si te apuntas al gimnasio, continúa aunque venga el otoño o el invierno, y alterna ejercicios tantos aeróbicos como tonificantes. Estos últimos aumentan la actividad metabólica y la quema de calorías cuando estamos en reposo.

Ponerse en forma, a veces no significa perder peso necesariamente. Nos interesa sobre todo reducir grasa corporal que es lo que nos puede dar problemas de salud. El gimnasio nos puede ayudar a esto, pero también ganar en masa muscular que de hecho es lo que interesa siempre que sea moderada y adecuada a cada persona. En la báscula puede que no lo notas, pero en cuanto a salud sí.

Combina con una dieta saludable y moderada. Actualmente se come demasiado de todo y más de lo necesario. 

Intentar hacer un sprint para llegar al verano divinos y luego hartarse de frituras, cervezas y helados no es lo que le va mejor a tu salud. No es necesario restringir, hay que moderar y no dejar la actividad física en las vacaciones. Camina activamente por la playa o la montaña, haz bici, baila todo lo que puedas y sobre todo disfruta de este magnífico tiempo de desconexión laboral.

Aliméntate de las frutas y verduras que nos regala esta estación. Una ración de paella siempre se digiere mejor con una buena ensalada.




Hasta la próxima!
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                                                                     Gemma Ribell
                                                                     Dietista

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