Una de las excusas más utilizadas para quedar con amigos y familiares y llenar la barriga a petar es quedar en un jardín o terraza. Buenos espacios para socializar y tener contacto.
En general cuando se piensa en barbacoa se visualiza un aperitivo bomba, un montón de carne, morcillas, y algún pobre pimiento para dar el toque verde.
No quisiera ser aguafiestas, pero igual deberíamos hacer un cambio de chip con respecto a las ingestas desmedidas de carne.
Hace unos días me llegó un enlace de un estudio que ha publicado la Universidad de Oxford sobre la sentencia a la carne roja y procesada como salchichas, morcillas, hamburguesas, Frankfurt, bacon, embutidos ..). La OMS (Organización Mundial de la Salud) ya habla desde el año 2015.
Si sólo se comiera carne a las barbacoas, puntualmente, no serían necesarios matices, pero las estadísticas indican que no es así. La mayoría de españoles consumen 8 veces más carne procesada que la recomendada. Los análisis indican que los hombres a la semana comen unos 525gr de carne roja y las mujeres 302gr.
La presencia de una molécula que parte de una proteína que tiene la carne roja en exceso puede crear compuestos nitrogenados que incrementan el riesgo de algunos cánceres. Encima aumentan estos compuestos si añadimos sales de nitrato, que se utilizan para preservar la carne cuando se procesa.
Las altas temperaturas (imagináis una barbacoa) alteran componentes naturales de la carne creando compuestos que pueden hacer cambios en el ADN de nuestras células, incrementado también el riesgo de padecer cáncer. Es muy importante controlar que la carne no se queme.
¿Qué cantidad se recomienda?
Las recomendaciones son de 125gr máximo a la semana. La carne procesada y los embutidos muchos de vez en cuando. El estudio de Oxford indica que cada 25gr de carne procesada de más al día incrementa un 20% el riesgo de padecer cáncer colon rectal. Una hamburguesa puede pesar 80gr. Considere la cantidad de embutido que coma a la semana.
Como lo podemos evitar?
Sustituyendo una ración de carne roja por unas nuevas, el riesgo de sufrir un ataque al corazón se reduce en un 30%. El consumo de pan y cereales integrales disminuye un 14%, un 10% en el caso de las legumbres y un 7% en el pescado.
Hacemos la lista de la compra y los menús semanales pensando en lo que nos conviene. Ampliamos nuestra despensa con alimentos que hasta ahora no teníamos el hábito. Haga un plato único donde haya legumbres o frutos secos por ejemplo.
Y cuando hacemos una barbacoa empezamos con un pica pica más saludable y variado, una buena parrilla de verduras que no se queme demasiado y si desea una cantidad de carne razonable, con más carne blanca, combinada con salchichas vegetales de tofu por ejemplo. Lástima que haya gente que las desprecia y que piense que mejor se las coma el perro del vecino.
Gemma Ribell. dietista